Crudas tardes. Crudas van a ser ahora que han censurado Carne Cruda de Radio 3.
Después de un sonido de trompetas que reclama tu atención llegaba un abrumador primer cuarto de hora en el que te presentaban la realidad abierta en canal, con toda la sangre que hace falta ver y no vemos, que hace falta escuchar y ya no vamos a escuchar. Y todo porque a una gente le gusta la carne pasada, sin jugo, seca, rancia... carne que según dice mi madre, da cancer.
El señor Tomás Fernando Flores director de RNE y compañero de Javier Gallego “Crudo” como director del programa Siglo 21 (si su fb está así, el lunes habrá que oir el contestador) ha declarado que espacios sensacionalistas no tiene cabida en Radio3. Se referirá, supongo, a que cuando escuchas Carne Cruda se te ponen los pelos de punta, te cabreas, rechinas los dientes, incluso lloras. Porque la realidad no esta al punto, esta cruda, crudérrima.
La realidad actual tiene que ver con unos políticos que recortan donde no deben, blindan lo recortable y derrochan lo incuantificable; con unos bancos a los que se les puede imponer condiciones a cambio de su rescate y no se les impone; con una población más manejable y adormecida que con las entrañas rabiosas. Porque mientras se le acusa a Javier Gallego de sensacionalista no cesa un anuncio en la Primera en el que nos van a poner a Anne Igartiburu hasta en la sopa. Pan y circo. Y toreros y modelos y futbolistas y cantantes… no sea que esta gente use el cerebro y me joda las elecciones.
Tomás Fernando Flores se defiende de la muchedumbre en facebook y twiter declarandose apolítico. Es posible señor Fernandez Flores, pero cuando uno ejecuta desde su puesto (único rango para cancelar un programa) las ordenes de otros, ha entrado en el juego. Cuando se defenestra a un compañero de estudio sin permitirle despedirse en antena, con mentiras y contradicciones, estás de lleno en él. En este caso se ha convertido en un nuevo… redoble de tambores… "perro del PP".
Solo me queda desearle al señor Tomás Fernando Flores que siga comiendo esa carne pasada, seca, rancia… que ya lo dice mi madre.
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