Es por entendernos. En lenguaje técnico a veces se llama externalizar costes o socializar pérdidas y privatizar beneficios.
¿Cuánto vale un paisaje? ¿y sentir la brisa marinera del Mediterráneo en el rostro una mañana de marzo? ¿qué valor tiene abrir el grifo y encontrar agua saludable, transparente y natural? ¿y pasear por el pinar mientras encuentras una ardilla, curiosona, olisqueando un piña? ¿cuánto vale poder degustar un tomate con verdadero sabor a tomate? ¿y subir, en una clara mañana de sábado, hasta Les Aguelles de Santa Àgueda pudiendo observar a un lado, allá abajo, Cabanes con su huerta, y al otro, un mar milenario con unas pequeñas islas en la lejanía llamadas Columbretes?
Probablemente sean cosas que no tengan precio,
pero probablemente haya mucha gente que sí se lo ponga, banalizándolas y
prostituyéndolas. Porque, por ejemplo, sí que sabemos cuánto cuesta la playa
norte de Oropesa, allí donde empezaba El Prat de Cabanes, allí donde hace unos
años construyeron un homenaje al horror, al desarrollismo y la irracionalidad
llamado Marina d’Or. Allí la playa y el paisaje están destruidos. Durante años
nos hemos cansado de escuchar a gente justificándolo con la cortoplacista,
simplista y carente de toda sensibilidad opinión de que aquello generaba
riqueza y puestos de trabajo.
Muchas veces me pregunto qué pensarán las generaciones futuras de nosotros. Tenemos una ingente información y capacidad técnica y, sin embargo, seguimos en este mundo sin poder resolver problemas tan básicos como el hambre… o la convivencia con el vecino. Ni siquiera siendo egoístas y pensando solo en nosotros y “los nuestros”, somos capaces de coger el toro por los cuernos respecto de un cambio climático que no queremos evitar y que puede acabar subiendo el nivel de nuestro mar destrozando nuestro litoral. Hay teorías que dicen que los futuros humanos etiquetarán nuestra época como la Edad de la Estupidez.
Muchas veces me pregunto qué pensarán las generaciones futuras de nosotros. Tenemos una ingente información y capacidad técnica y, sin embargo, seguimos en este mundo sin poder resolver problemas tan básicos como el hambre… o la convivencia con el vecino. Ni siquiera siendo egoístas y pensando solo en nosotros y “los nuestros”, somos capaces de coger el toro por los cuernos respecto de un cambio climático que no queremos evitar y que puede acabar subiendo el nivel de nuestro mar destrozando nuestro litoral. Hay teorías que dicen que los futuros humanos etiquetarán nuestra época como la Edad de la Estupidez.
1 comentarios:
Nuestras costAs, sus beneficios...
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