Por el mero hecho

Este blog nació de la soledad que sentíamos al mirar a nuestro alrededor y no ver nada; nació de la ira de buscar una mirada cómplice y sólo encontrar un páramo desierto por el que campan a sus anchas politicuchos de medio pelo que se creen que todo esto es suyo; "algo se mueve" nació de la pena que sentíamos al ver a nuestros vecinos inertes, vencidos, resignados... y de la vergüenza de ver a otros orgullosos, convencidos, altivos... defendiendo a nuestros señores feudales, porque si nos tienen que robar, mejor que nos roben ellos. Y lo hemos dicho otras veces: nació de la necesidad de mirarnos cada mañana al espejo y no sentir asco. 

No pretendemos cambiar el mundo... sabemos que ni siquiera podemos cambiar Castellón... pero ¿y si podemos cambiarnos a nosotros mismos y arrastrar en el cambio a 4 o 5 amigos? Decidimos movernos; buscar a otros que se mueven, que se movían mucho antes que nosotros o que empiezan ahora; avisar cuando los encontramos; hacer una señal de humo en medio de este páramo desolador; dar un grito y aguzar el oído esperando el eco; moverse significa no dejar que el alud desvergüenza que asola nuestras tierras nos sepulte; moverse es resistir, quizás no es ganar pero sí es no dejarse vencer. ¿Por qué intentar algo si no servirá de nada? El sentido está en intentarlo por el mero hecho de intentarlo. Eso es lo que hace que nos podamos mirar cada mañana en el espejo. 

Y de repente, en medio de todos estos pensamientos que nos corrían por la cabeza, un canal dejó de emitir, se fue a negro. Los que nos roban, los que insultan a nuestra inteligencia y se ríen a nuestra costa, nos querían amordazar. Un vaso se desbordó y el páramo desierto se llenó de gente, se llenó de ira. Y encontramos a nuestro alrededor a miles de personas, con miradas cómplices y sonrisas compartidas. Y nos movimos con toda esa gente, con toda su ira, con todas sus miradas, con todas sus sonrisas. Juntos lo intentamos por el mero hecho de intentarlo, porque eso nos da dignidad y esta provincia no va precisamente sobrada de dignidad. Ahora vemos que somos muchos, muchos más de lo que pensábamos, muchos más de lo que nos hacen creer, y sobre todo mucho más cabreados de lo que ellos pensaban. El vaso está colmado y ya nadie debería poder campar a sus anchas pensando que todo esto es suyo. 

De la soledad, de la ira, de la pena y de la vergüenza a veces nacen cosas que merecen la pena. Nos seguimos moviendo ¿por qué? por el mero hecho de movernos.