Comer, beber, gastar... quizás hay que buscar un segundo en medio de esta secuencia para pensar. Hace 4 días había colgado en el árbol de navidad de la puerta del sol un papel que contenía un deseo cargado de ironía y crítica. Hubiera sido precioso ver en el árbol cientos de papeles con cientos de deseos, críticas, pensamientos, ideas... sin embargo, como os dijimos, la imaginación de la gente siempre supera la nuestra y esta mañana el árbol ha amanecido con un Papa Noel ahorcado en la parte más alta. Es un Papa Noel que ya hemos visto suicidarse otro años y que no ceja en su empeño de hacernos pensar que quizás el sentido de estas fechas no es el que nos están vendiendo. Este año se ha colgado de uno de los símbolos más visibles de la ciudad y si no se corrige, en fin de año, cientos de personas se tomarán las uvas bajo el cadáver. La imagen será preciosa.
La intervención se está convirtiendo en toda una tradición navideña. Casi un Betlem de la pigà postmoderno. Papa Noel ya no baja por la chimenea, sino que desliza la soga alrededor de su cuello. Está harto de su trabajo, está harto de nosotros.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentarios:
Es la tercera vez que lo veo muerto,las dos anteriores en la calle Campoamor (de las que tengo fotos). De esta no tenía,voy perdiendo facultades !!
Publicar un comentario