se veía venir
viernes, 7 de septiembre de 2012
En España se construían tantas viviendas como en Alemania, Francia e Italia juntas. Con cualquier nómina, en cualquier banco te concedían un crédito hipotecario para comprar el piso que deseabas. Le economía crecía sin parar, habíamos superado a Italia e íbamos a por Francia, además nuestro sistema bancario era el más saneado del mundo. El precio (que no el valor) de las viviendas subía de media anual un 15 %... y todos sabíamos que la vivienda nunca baja.
Era de tontos y locos el no querer ver que todo iba bien, cada vez éramos más ricos (al menos en dinero), teníamos fuertes empresas multinacionales, apenas había paro… ¡pero si hasta teníamos un montón de deportistas de las más variadas disciplinas en la cúspide mundial! Era de todos y locos, decían, pero no, simplemente era de aguafiestas: ¡estoy de fiesta, no molestes recordándome que mañana tendré una terrible resaca, hagamos simplemente que la fiesta se alargue todo lo posible! Y la fiesta se alargó hasta que se terminó el alcohol, bajaron los pisos y sobrevino una larga y terrible resaca.
Ahora se ve venir una nueva crisis mucho más grave que la inmobiliaria, es la ecológica. ¡Pero no molestéis con vuestros animales y plantitas, que estamos seriamente ocupados intentando reparar la economía del mundo! Más y más pruebas se acumulan resaltando el desequilibrio bestial hacia el que nos acercamos a toda velocidad. Como ejemplo muy visual y emocional: sería terrible ver desaparecer bonitas playas de Benicàssim o La Renegà por el ascenso del nivel del mar… y quizás más aún explicar a nuestros hijos y nietos que estuvo en nuestras manos evitarlo.
Y entonces es cuando sobreviene el entusiasmado optimismo de algunos: “pero eso ya no lo veremos nosotros”, o “seguro que encuentran una manera de solucionarlo”, o “no será para tanto”, o “pero tú qué periódicos lees”…
Aunque afortunadamente hay otros que prefieren afrontar los problemas de frente, informarse, reducir al máximo el consumo de agua y energía, tirar de bici en detrimento del coche, consumir productos ecológicos y locales, pasar los ahorros a la banca ética, tratar de consumir menos carne, reducir, reutilizar, reciclar y, al fin y al cabo, informarse, informar y participar activamente en nuestra sociedad para que los científicos no encuentren datos para tan negativas previsiones.
Seguro que tú también eres de estos últimos.
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