‘La playa es incómoda, el camino está fatal, no hay ni duchas ni socorristas y si te quieres tomar algo no hay ni un mísero chiringuito’... Por suerte, esto es lo que piensa mucha gente que decide no acercarse a las playas de la Sierra de Irta. Por suerte, aún nos queda algún palmo de playa virgen.
Bueno, pues Irta es uno de esos sitios en los que no hemos metido mano las personas, o sea, que lo hemos tenido que declarar parque natural para evitar la tentación. Uno puede llegar por mar y encontrarse ‘casi’ el mismo paisaje que se encontraron los piratas berberiscos que sorteando la vigilancia de las torres vigías, pretendían saquear los poblados o incluso tomar el castillo de Alcalà de Xivert, construcciones que a día de hoy siguen en pie y se pueden visitar.
También se puede llegar a pié, en bici o en coche, tumbarse en cualquiera de sus playas vírgenes y bañarse desnudo, tomar el sol, bucear en aguas limpias o hacer la siesta en una pinada brutal con el ruido del mar de fondo, todas ellas actividades que aunque se las grave con un 21% de IVA seguirán siendo gratis, mientras que el 21% de cero siga siendo cero (el gobierno lo está estudiando).
Una vez leí que amar tu tierra es cuidarla y protegerla, pero también es conocerla, andarla, tocarla y olerla, así que ¿vamos?
1 comentarios:
Me encanta esa zona. Nunca defrauda.
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