Pueden empobrecernos y lo hacen: nos bajan los salarios, nos suben los impuestos y nos recortas los servicios públicos. Pero ni somos tontos ni nos van a hacer tontos, no nos engañan. Porque las últimas medidas del gobierno joden, pero que nos mientan tomándonos por tontos cabrea más si cabe. Porque no es verdad que “hay que salvar España”, aunque queda muy dramático y conveniente para encajar las medidas sin rechistar; porque no es verdad que “no tenemos elección”, aunque resulta una frase útil para intentar desactivar al ciudadano y echar las culpas fuera.
Lo peor que nos puede pasar a la ciudadanía es que nos acomplejemos ante la aparente complejidad del problema, que creamos la línea general de los informativos de masas, que nos parezca bien que el PP reduzca en número de concejales cuando pretende así dificultar el acceso al poder de partidos pequeños, que nos atolondremos desconcertados y aceptemos sin rechistar, que pensemos que todos los políticos son iguales y que por lo tanto no vale la pena hacer ni votar nada, que nos cabreemos con el PP y votemos al PSOE para después cabrearnos con el PSOE y votar al PP, para que así cambie todo para que no cambie nada, como en El Gatopardo.
Pues señores, sí hay alternativas (y gracias a Dios que también hay internet para intercambiárnoslas, aunque también intenten controlarlo), porque Julio Anguita es, principalmente, un tío sensato, porque Vinceç Navarro y Jose Luis Sampedro saben más de economía que De Guindos y Elena Salgado porque, al fin y al cabo, ni siquiera tenemos que esforzarnos en inventar nada, solo tenemos que fijarnos en los países que lo hacer mejor que nosotros: Francia, subiendo los impuestos a los más ricos y añadiendo tasas a los alimentos dañinos para la salud; Alemania, apostando por las energía renovables en detrimento de las nucleares; Suecia, Dinamarca, Finlandia… con elevados impuestos y potenciados servicios públicos; Reino Unido, con más leyes a favor de la transparencia, con comisiones de investigación eficaces…
Por favor, no nos dejemos complicar… informémonos, unámonos y caminemos juntos para la mejora de nuestra de sociedad. Es evidente que no lo podemos dejar en sus manos. Necesitamos políticos (aunque también podemos llamarles gestores), pero no políticos que nos impongan sus soluciones, sino políticos que escuchen y se atengan a las nuestras.
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