Han ido tensando la cuerda. Un poquito más. Un poquito más. A ver hasta donde llegan. A ver cuando saltamos. Creo que ellos mismos están sorprendidos de hasta donde han podido llegar. O mejor dicho, hasta donde les hemos permitido llegar. No creo que esperaran gobernar a un pueblo tan manso, tan dócil, tan fácil de engañar y de contentar. Y ahora están desatados, ya no hay cuerda, campan a sus anchas sin ningún control ni miedo. No les hace falta ni engañarnos, ni se molestan en ocultar sus vergüenzas. Saben que hagan lo que hagan, NO van a perder unas elecciones en estos lares. Lo mejor es asumirlo sin traumas: somos un pueblo al que no le importa que le chuleen. (Sí, a título individual, a ti, a mi, nos puede molestar, pero como sociedad, nos da igual).
Somos un provincia de Italia. Fabra, Camps y Berlusconi están hermanados por una forma ridícula de hacer política: sus movimientos son tan escandalosos, tan salvajes, tan soberbios, tan descarados... que nos dejan alelados, confusos, sin dar crédito al espectáculo que estamos viendo. Nuestros políticos han conseguido petrificarnos a base de barbaridades valencianas. Los italianos y nosotros estamos hermanados por una forma absurda de callarnos la boca y asumir que no podemos hacer nada. Se puede decir que nos hemos rendido, que hemos perdido nuestra guerra, que nos han agotado con tanto esperpento.
He oído muchas veces que puedes engañar a poca gente mucho tiempo, o puedes engañar a mucha gente poco tiempo; pero que no puedes engañar a mucha gente mucho tiempo. Al que formuló la frase le invito a pasearse por nuestra tierra para demostrarle que estaba equivocado. Si el político es lo suficientemente canalla y el pueblo es lo suficientemente inerte, la relación de engaño y engañado puede ser eterna.
O quizás el que hizo la frase sí tenía razón, porque a nosotros no nos engañan, sabemos perfectamente lo que hay; sólo que estamos demasiado ocupados para hacer algo. Ojalá sólo fuéramos un pueblo engañado. La verdad es que somos un pueblo sin dignidad.
En la foto, un stencil en algún contenedor de nuestra ciudad. Si veis más plantillas, hacedles fotos, enviádnoslas; nosotros seguimos buscando nuestra dignidad, seguimos queriendo poder mirarnos a los ojos en el espejo.
2 comentarios:
Los tunecinos lo han pagado con sangre, pero después de perder la paciencia han conseguido echar al tirano... Nunca deberíamos perder la esperanza en la dignidad humana, la dignidad de los pueblos. En ocasiones nos llevamos sorpresas agradables, por eso conviene estar siempre atentos...
Por favor, seamos coherentes: Está claro que nuestra oposición no es la ideal. Pero, puede alguien decirme por qué coño sigue votando al PP? Por complicidad,por que lo hace todo el mundo, por ignorancia, por canal "nueve", o por que confian en que la justicia es ciega, porque lleva las gafas de Carlos Fabra?
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