Podremos olvidar el Caminàs, pero él seguirá ahí, sosteniendo vidas ajenas, manteniendo vacíos. Bajo la luz mediterránea que baña de ocres el atardecer, con la misma fragancia de azahar de la que tanto se ha escrito, entre los huertos que rodean la ciudad sin mancharla, a un paso del centro donde las luces y las banderas anuncian una gran fiesta que siempre será ajena para las habitantes del caminàs, tan cerca pero tan lejos. Allí, a orillas del Castellón oficial, siguen llenando sus vacíos las mujeres y sus clientes, oyendo la música del Mesón al que nunca serán invitadas, oliendo la pólvora de las mascletàs que nunca comprenderán. Allí trabajarán, días laborables y festivos, claros o lluviosos, calurosos y gélidos, aunque nosotros las hayamos olvidado. Sobre todo si las hemos olvidado.
La belleza de las imágenes y su entorno, que siguen retratando la ausencia, es un contrapunto bestial a la dureza del contenido. El contraste entre el lirismo y la realidad hace que la situación sea más insoportable. La fotógrafa, Meritxell Ahicart, seguidora de nuestro blog (ahora suyo también), nos dijo que quería colaborar. Es tan fácil como eso: ver algo diferente, querer contarlo y encontrar la forma. Sus cámara pone en imágenes lo que algún día quisimos poner en palabras.
2 comentarios:
bonitas imágenes de una triste realidad
La verdad es que las imágenes son preciosas, y ese choque con la realidad hace que todo tenga más potencia. Un buen enfoque el escogido por la fotografa.
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